Y allí me quedé yo. Plantada como en una película al recibir un saludo por simplemente educación. Emprendí el camino de vuelta resignada. Sólo me alegré cuando llegué al final y me encontré a Cuqui.
Y Cuqui me hizo sonreír...
...¿o tal vez fue su dueño?
No hay comentarios:
Publicar un comentario