30 de agosto de 2011

Hoy he vuelto a nadar después de mi "apoteósico final"; y, ¿sabéis qué? Lo he hecho con ganas, tranquila...disfrutando como siempre lo he hecho. De saber que nadar me gustaba, sin presión, sin nada ni nadie que me diga: "hay que llegar a lo más alto". Y muchos diréis: "pero si es ella la que quiere eso(¡!)" Lo sé, pero...¿sabéis lo que es el miedo a defraudar a alguien? ¡Peor! ¿El miedo a defraudarse a uno mismo? Hay veces que no se puede evitar, eres así y punto.
Pero en ese "apoteósico final" la vida me ha demostrado que cuando caes y no tienes fuerzas para levantarte, siempre, ¡SIEMPRE!, hay alguien ahí para ayudarte a que te levantes, ya sea con un beso dulce, con un abrazo fuerte, con una sonrisa que no se puede describir de lo hermosa que es o la gracia de alguien que sólo quiere verte sonreír porque sí, porque hay muchas cosas en la vida por las que vas a  volver a caer y por las que hay que volver a levantarse.
Y es verdad, hay que mirar hacia delante, pero yo me quedo con eso, con dos personas especialmente que en ese momento no dejaron que me hundiera, no dejaron que llegara a soltar ni uan sola lágrima de impotencia, que me animaron de verdad. Y es que, cuando menos te lo esperas, las personas que más te queiren, demostrándolo más o menos (cada uno a su manera) están ahí.

19 de agosto de 2011

Echo de menos algo. Y es que, eso que dicen que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, es una de las cosas con mayor sentido que se han dicho nunca. Exactamente no lo hemos perdido, sino que parece que se ha olvidado de nosotros. Antes hablábamos, nos picábamos con el fútbol, decíamos que estábamos casados...esas cosas que se dicen y haces cuando tienes la edad del pavo.
Pero ahora llevo casi tres meses sin verlo, sin apenas saber de él; cuando antes hasta ¡se gastaba dinero hablando por sms conmigo! No sé exactamente dónde está ahora esa persona, y hablo de física y mentalmente, porque parece que se olvida de que todavía hay gente que le está esperando para que diga un simple: "Vale, ahora bajo". Pero no, cada día que pasa, está claro que esas palabras es más difícil que als pronuncie. Y es que, se echa de menos a un amigo.

1 de agosto de 2011

Había cambiado y no me he dado cuenta hasta ahora. Me empeñaba en pensar que eran los demás quienes lo habían hecho, pero ha resultado ser que yo también. No quería aceptarlo quizás o simplemente era eso, que no me había "percatado" del asunto. No sé si elñ cambio ha sido para mal hasta cierto punto, no me arrepiento, he aprendido cosas nuevas y que supongo me servirán en un futuro no muy lejano, es decir, para toda la vida. Quiero pensar que todo esto no ha sido en vano y que estoy a tiempo de volver a ser la que fui, con sus pros, contras y con las cosas que he cambiado que sí creo que son buenas.

Yo no sé lo que me va a tocar próximamente vivir, lo que está claro que este verano me está enseñando, o será que me estoy acostumbrando, a saborear las cosas en el momento un poco más, sin pensar en lo que haré después o la semana que viene. "Ya llegará", me repito a mí misma y parece que la cosa funciona.

Y es que, no sé cómo, también he etsado pesnando que Santa Ana, en realidad, siempre me ha iluminado a su manera. Muy paradójico...