-Sí, la conozco. La he visto varias veces por los pasillos.- me dice muy emocionado. Tanto que parece que ha descubierto un tesoro.- ¿Y tú? ¿Sabes quién es?
-¡Claro! Es una de las mejores personas que conozco; y muy importante para mí.-afirmo sin dudar un momento.- ¿Y cómo que la recuerdas?
-Porque es difícil olvidar a una persona que siempre que te la cruzas está sonriendo. Sea el momento que sea, el lugar o las personas con las que esté.
-Tienes razón. Por eso lo vale tanto. A su lado es imposible no ser feliz, aunque sea por unos segundos. Ya te digo, es maravillosa.
La cara de aquel chico moreno, alto y con el pelo rizado que tenía en frente cambió por completo. Sus gestos tornaban ahora a una tristeza que intentaba disimular, como si hubiera caído en algo que hasta el momento no había contemplado.
-¿La quieres?.- suelta de pronto.
La pregunta me sorprende tanto que tardo un tiempo en contestar.Titubeo.
-Sí, tanto como se quiere a los amigos de verdad.
-¿Amigos?
Comienzo a reírme sin maldad, aunque sin poder evitarlo. Su actitud me desconcertaba muchísimo. ¿Qué le ocurría? ¿Qué problema tenía con que conociera a Itziar? ¿Con que fuéramos amigos? Qué muchacho más extraño... ¡Estaba loco!
-¡No te rías!
-Es que no sé por qué tanto interés en nuestra relación.
-Porque es preciosa, simplemente por eso...
Entonces comprendí su locura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario